Defender que hay denuncias falsas en violencia de género es "negar la evidencia de los datos", según el CGPJ

Lo importante es "dar seguridad a las víctimas" y permanecer "unidos" frente a la violencia machista

Los expertos en violencia de género que elaboraron el informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre la aplicación de la Ley Integral aseguran que "a estas alturas", defender que las mujeres denuncian malos tratos en falso es "negar la evidencia de los datos" porque no sólo las sucesivas memorias anuales de la Fiscalía General del Estado han demostrado lo contrario, sino que el análisis de las sentencias dictadas no ha encontrado evidencia de esta práctica.

Esta es la conclusión a la que llegó el CGPJ en el citado informe, un estudio sobre 530 sentencias dictadas por las Audiencias Provinciales de todo el país en materia de violencia de género. Sólo en un caso el juez encontró indicios suficientes de falsedad testimonial como para prescindir de la declaración de la mujer. Sin embargo, no se ha producido aún ninguna condena por denunciar en falso un crimen machista, conforme los datos de la Fiscalía.

En declaraciones a Europa Press, la magistrada al cargo de la Sección 27 de la Audiencia Provincial de Madrid, especializada en violencia sobre la mujer, María Tardón Olmos, incidió en el "problema" que supone generar en la opinión pública "la idea de que se están produciendo muchas denuncias falsas y que los informes del CGPJ no se ajustan a la realidad, porque además de ser absolutamente inexacto, crea inseguridad en las víctimas" y puede desincentivar las denuncias.

MATAN MÁS LOS HOMBRES QUE LAS MUJERES
Tardón, que formó parte del grupo de ocho magistrados especializados en violencia de género que elaboró el citado informe del CGPJ, incidió en que el resultado de "muchas horas, días y meses extractando datos de las sentencias" ha sido "nada más y nada menos que un retrato absolutamente fiel de la aplicación jurisdiccional de los tipos que constituyen la violencia de género en las audiencias provinciales de toda España".

Esta "radiografía de la realidad" desmiente no sólo el "tópico" de las denuncias falsas, sino también la creencia de que en el seno de la violencia familiar matan tanto los hombres como las mujeres. En 2008, de las 121 muertes que se produjeron por violencia doméstica, 90 eran de mujeres y 31, de hombres. De las mujeres, 75 fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas (violencia de género) frente a seis hombres, de los cuales uno fue asesinado por otro varón, su ex novio.

Por su parte, el presidente de la Audiencia Provincial de Alicante y coautor del informe, Vicente Magro, destacó en declaraciones a Europa Press que se trata de "un trabajo muy serio, muy profesional y de mucho tiempo". Es el sexto análisis realizado por el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del CGPJ y tenía por objetivo "reflejar de manera analítica y exhaustiva la respuesta de los jueces a la violencia de género". "Las conclusiones reflejan claramente lo que está pasando", añadió.

Las 121 víctimas del año pasado se produjeron en un total de 114 casos (en algunos hubo más de un fallecido). En 99 de los 114 crímenes el responsable era un hombre y en dos, fueron un hombre y una mujer actuando juntos. En los 13 casos restantes, tras el asesinato estaba una mujer, recordó Tardón.

HAY QUE DAR SEGURIDAD A LAS VÍCTIMAS
Pese a todo, Magro pone el acento en que lo que deben hacer todas las instituciones es mantener una posición de unidad para dar seguridad a las víctimas de violencia machista y seguir animándolas para que acudan a la Justicia.

"Si las víctimas nos ven seguros y unidos denunciarán y tenemos que transmitir esa seguridad, porque si bien se producen unas 160.000 denuncias por violencia de género anuales, los informes del Instituto de la Mujer estiman que podrían darse unos 700.000 hechos de maltrato cada año, lo que supone que hay un paquete importante de mujeres que no se atreven a denunciar", explicó.

http://www.europapress.es/epsocial/igualdad-00328/noticia-defender-hay-denuncias-falsas-violencia-genero-negar-evidencia-datos-cgpj-20091219122956.html

COMUNICADO DE LA PRESIDENTA DEL OBSERVATORIO CONTRA LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Y DE GÉNERO

La Presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, en relación con las declaraciones vertidas en un diario nacional por el magistrado del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, en las que se refiere al “mito de las denuncias falsas” y a la ausencia de condenas o de datos sobre muertes violentas de hombres en el ámbito familiar, desea informar a la opinión pública lo siguiente:

Primero. Las acusaciones o denuncias falsas por violencia de género no son más frecuentes que en otros delitos.
El magistrado, cuando insiste en el tópico de las denuncias falsas, ignora u oculta el estudio realizado por el Grupo de magistrados y magistradas expertos del Consejo General del Poder Judicial, un estudio que proporciona un nivel de confianza y fiabilidad del 99 por ciento. Solo en una sentencia de las 530 analizadas, la Audiencia Provincial apreció indicios para abrir una investigación contra la denunciante por posible denuncia falsa.

Segundo. La gran mayoría de las sentencias del referido estudio (casi el 85 por ciento) son condenatorias, lo que unido al dato de que son sentencias firmes que revisan otras anteriores y, por tanto, definitivas, podemos concluir que tenemos un mecanismo que garantiza la declaración de responsabilidad de los autores de violencia de género.

Tercero. Las afirmaciones realizadas por el referido magistrado, en relación a detenciones injustificadas por denuncias de malos tratos o escasez de las condenas, carecen de rigor y fundamento alguno, denotan falta de conocimiento de las estadísticas judiciales y de las características del maltrato a la mujer, además de falta de sensibilidad ante un problema social de derechos humanos.
Pero lo más grave es que parece imputar ligereza o arbitrariedad a los jueces y magistrados que acordaron en su día las detenciones u otras medidas cautelares a que se refiere el entrevistado, lo que resulta especialmente inadmisible cuando es precisamente un juez quien hace estas afirmaciones.

Cuarto. No se ocultan datos. El magistrado una vez más ignora los informes anuales del CGPJ sobre muertes en el ámbito de la violencia doméstica y de género, donde se contienen tanto los datos relativos a número de mujeres como de hombres o hijos que perdieron la vida a causa de la violencia.

Sin perjuicio de las posibles responsabilidades que pudieran derivarse de las presentes declaraciones, la Presidenta del Observatorio, Inmaculada Montalbán, recuerda que la erradicación de la violencia de género necesita del compromiso activo de todas las instituciones y de la sociedad en su conjunto, hombres y mujeres.

En este camino en nada ayudan declaraciones carentes de rigor, sensibilidad y conocimiento de este problema social.

Madrid 14 de diciembre de 2009

Fines de semana criminales

Sábados y domingos concentran el 40% de los asesinatos en la región.
- El porcentaje de este tipo de muertes ha crecido en los últimos años.

Fin de semana. Peleas familiares. Reyertas. Y crímenes. Cuatro de cada 10 asesinatos registrados en la región en lo que va de año se han producido durante los sábados y domingos, lo que representa la cifra más alta de los últimos ocho años. El salto cuantitativo ha sido importante. En 2007 hubo 13 muertos por asesinato en fin de semana, un 23,6% del total. Pero los dos años siguientes la cifra se ha disparado: 28 fallecidos por muerte violenta en 2008 (39,4%) y 23 en lo que va de año (40,45%).

El incremento es importante. Y las razones son varias. Los especialistas en Criminología apuntan a la mayor cantidad de tiempo libre y a que la gente convive más tiempo con sus parientes durante estos días de descanso, lo que desencadena tensiones atemperadas durante el resto de la semana. También apuntan al factor oportunidad, al alcohol y a la diversión en lugares propicios para fuertes discusiones. Los sindicatos policiales creen que se debe a la menor presencia de agentes en la calle.

Sábado 24 de enero. El peruano Juan José Andrade, de 23 años, muere en un local de la calle de Leganitos (Centro). Era el primero de una larga serie de muertes violentas en fin de semana, de las 57 que ha habido desde el 1 de enero. La última registrada, hasta el momento, se produjo el domingo 22 de noviembre, cuando fue hallado muerto a golpes el vecino de Puente de Vallecas Francisco Javier Díaz Morales, de 41 años.

¿Qué ocurre para que haya más crímenes en sábado y domingo? Las respuestas son muy diversas, según del lugar del que provengan. Eso sí, los que mantienen silencio son la policía y la Guardia Civil, que prefieren no aportar datos ni tesis sobre este tema. La callada por respuesta.

Uno de los factores principales para los criminólogos es el de la oportunidad. El catedrático de Derecho Penal y Criminología de la UNED, Alfonso Serrano Maíllo, recuerda que para que se produzca el delito es fundamental que se den tres factores: un autor motivado, una víctima adecuada o propicia y ausencia de guardianes capaces de evitarlo. "Durante los fines de semana las personas que se conocen tienden a pasar más tiempo juntas, de modo que también es lógico que en ese espacio temporal, por puras razones de oportunidad, se concentren los homicidios entre las personas que existe una cierta relación", resume Serrano Maíllo.

Un caso de estas características se produjo el sábado 20 de junio en Fuenlabrada, cuando murió asesinada la dominicana Nairobys Alcántara, de 21 años, a manos de su pareja, el boliviano Carlos Leonel Pereira, de 24 años. La mujer había denunciado en 2007 los malos tratos que sufría desde hacía años, pero retiró la denuncia. La pareja tenía una niña de dos años.

De los 23 casos registrados desde enero, 14 corresponden a hombres, uno a un recién nacido y ocho a mujeres. En estas últimas muertes, siete han sido en el ámbito familiar o de violencia machista. La octava se debió a un ajuste de cuentas por tráfico de drogas. De las muertes sufridas por hombres, seis se han debido a peleas durante la noche, tres en el ámbito familiar o de pareja y otros tres por ajustes de cuentas. Otros dos no tienen móvil claro. Al menos, de momento.

Otro factor que influye en las muertes de fin de semana es la situación. Según Serrano Maíllo, los sábados y los domingos se produce una mayor presencia casual de personas con una tendencia relativamente alta al delito.Es decir, se dan determinadas circunstancias que pueden favorecer el delito, y más concretamente el homicidio y el asesinato. "Estas concentraciones [ocio, eventos deportivos, bares...] suponen que aumentan las oportunidades para delinquir. Se da sobre todo entre chavales y jóvenes", puntualiza el catedrático de la UNED. "También se dan situaciones en las que se busca demostrar la hombría frente a un público que observa. Esas discusiones producidas en otros contextos serían irrelevantes o incluso no se darían. Es el típico ejemplo de discusiones por mujeres", concluye Serrano Maíllo.

Un crimen con algunos de estos elementos se produjo el domingo 2 de agosto, cuando Norman Rodrigo Ceballos, de 21 años, murió tras recibir tres puñaladas en la calle de Cea Bermúdez, en Chamberí, después de mantener una discusión en un local de copas por defender a su hermana Estefanía.

¿Qué factor juegan el alcohol y las drogas en todos estos crímenes? Los expertos no se ponen de acuerdo. Y ofrecen varias teorías. Algunos criminólogos mantienen que estas sustancias sólo potencian las características agresivas de una persona, que va a resolver con violencia cualquier problema que se le plantee. Otros añaden que son un inhibidor de los controles y que la gente que los consume es capaz de hacer cosas que, en caso de que estuviera serena, jamás las llevaría a cabo.

María Mercedes, una chica dominicana de 12 años, murió el sábado 25 de julio en la calle de Pico Cejo (Puente de Vallecas), después de que el novio de una tía suya intentara, supuestamente, abusar de ella de forma sexual. La muchacha, que se resistió al ataque, recibió una puñalada en el corazón. Su asesino confeso, detenido al día siguiente en Zaragoza, volvió borracho tras una noche de juerga.

Para la abogada y profesora de Criminología Beatriz de Vicente, cada sociedad tiene el tipo de delincuencia que genera. Y en estos últimos meses ésta se ha incrementado por la crisis y el paro: "Ha habido un aumento de la tensión entre las personas, y muchas de ellas lo resuelven con violencia. La conflictividad social es consustancial al ser humano".

También el choque de culturas ha supuesto, en su opinión, que aparezca otro tipo de violencia desconocida hasta el momento en nuestra región. "El reflujo de inmigrantes, en especial los integrantes de las bandas latinas, ha hecho que el precio de la vida sea mucho más bajo, como ocurre en sus sociedades. En sus países se mata por muy poco o por nada", destaca De Vicente."También hay que recordar que a diario la gente vuelve agotada del trabajo y se suelen tener menos relaciones sociales y familiares. Durante los fines de semana y en vacaciones se convive durante todo el día con el otro", afirma la criminóloga, que refrenda así la tesis del profesor Serrano Maíllo.

La media de edad de las personas muertas de manera violenta en fin de semana este año ronda los 40 años, según cálculos de este periódico. Eso sí, el tramo con mayor mortalidad es el que va desde los 30 a los 39 años, con siete casos. La víctima de mayor edad tenía 90 años y el más pequeño era un recién nacido, hallado muerto en la incineradora de Valdemingómez.La forma en la que está diseñada una ciudad también influye en su delincuencia. Así lo puso de manifiesto la Escuela de Criminología de Chicago, en los años veinte del siglo pasado. Un barrio abandonado, sucio y en el que no hay controles por parte de las personas que viven en él está abocado a convertirse en una zona marginal, campo de cultivo para la delincuencia.

Eso ocurrió durante mucho tiempo, por ejemplo, en la plaza de los cines Luna, justo detrás de Gran Vía, según recuerda la socióloga y criminóloga Cristina Villar. "Hoy en día se está poniendo mucho énfasis en la videovigilancia para acabar con los problemas en zonas marginales, pero las autoridades no se dan cuenta de que la delincuencia se traslada hacia zonas más propicias y en las que exista menos controles", añade Villar.

Ese ambiente de marginalidad se dio, de hecho, en el crimen del indigente Younes B., un marroquí de 34 años que murió el domingo 8 de marzo tras ser degollado con una botella rota. El corte le alcanzó la arteria carótida. Vivía y pernoctaba en unos colchones colocados debajo del Viaducto junto con otras tres personas, con una de las cuales mantuvo una discusión que le costó la vida.

Y mientras, ¿qué papel juegan la policía y la Guardia Civil en la prevención de estos homicidios? Los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía lo tienen claro. Durante las noches de los fines de semana se da una clara bajada de efectivos en las calles, lo que se traduce en que algunas personas se sientan impunes. O menos vigiladas. Según el responsable de la Unión Federal de la Policía (UFP) en Madrid, Alfredo Perdiguero, "los pocos agentes" que hay en las calles se están dedicando a otras cosas, como a hacer controles de extranjería. "¿Por qué no se sigue con las operaciones de búsqueda de tenencia ilícita de armas blancas y de fuego [denominadas Operación Búho y Luna] como se venía haciendo tiempo atrás, y que tan buenos resultados dieron? Si se sacan las armas de las calles, se evitará la violencia y los crímenes", afirma Perdiguero.

Precisamente, las armas blancas estuvieron detrás de la muerte de Carmelo B. B., un guineano de 19 años, que murió tras recibir una puñalada en el pecho la madrugada del sábado 31 de octubre en la calle del Alcalde Saturnino del Yerro Alonso, en Leganés. De las 23 muertes en fin de semana, 12 fueron por arma blanca, 6 por armas de fuego y 5 por golpes o heridas producidas con objetos contundentes.

Además, Perdiguero mantiene que la distribución de los agentes no es la más adecuada: "Los mandos policiales mandan a los agentes a puntos fijos de determinados distritos y no están en las zonas más problemáticas. Se dedican a hacer detenciones tontas para aumentar la estadística y no mandan a los policías a hacer su verdadero trabajo". "Madrid es muy grande y con mucha gente. Se necesitan más policías de paisano o en puntos donde hay más agresiones", añade el responsable de la UFP en Madrid.

Pero no todo es presencia policial. Algunos de los 23 homicidios registrados en fin de semana este año tenían difícil prevención. Dos de ellos se produjeron cuando personas con problemas mentales mataron a sus familiares. Fue el caso del matrimonio formado por Sheila Pérez-Peterkin, de 77 años, y Jorge Pérez Ballestar, de 83, que murieron apuñalados el domingo 11 de octubre en su piso de la calle de Fermín Caballero (distrito de Fuencarral-El Pardo). El supuesto autor fue el hijo, que sufría esquizofrenia paranoide. Una semana antes, la cubana Marilyn Dutin Domínguez, de 40 años, perdió la vida en Talamanca del Jarama (2.400 habitantes) también apuñalada por su hijo, que tenía algún desequilibrio mental.

Este periódico ha invitado a los responsables de las secciones de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía y de la Guardia Civil a participar en el reportaje, pero han declinado hacerlo. Eso sí, algún responsable policial ha dado su versión de este incremento de las muertes en sábados y domingos: "Hace cuatro o cinco años se daban muchos ajustes de cuentas. Este tipo de crímenes se producía cualquier día, lo que igualaba el número de homicidios durante la semana. Pero eso, al estar más controlado, hace que los conflictos se produzcan cuando se dan más concentraciones de personas".

Sin embargo, esos supuestos ajustes de cuentas también se han dado en fin de semana. Ocurrió, por ejemplo, el domingo 15 de marzo en la laguna de los Patos de San Agustín de Guadalix (10.400 habitantes). Allí fueron hallados acribillados a balazos el marroquí Al Hassan Taheri, de 24 años, y el colombiano Leonardo Fabio Escudero. Bien es cierto que ambas muertes son una excepción en los fines de semana. La Guardia Civil ha resuelto este doble crimen con la detención de cuatro personas. Hay otras dos en busca y captura que han huido a Suramérica.

Tras todos estos datos surge la pregunta: ¿se pueden evitar estos crímenes de fines de semana? La respuesta también resulta complicada. Los que se producen en el interior de las viviendas, por las tensiones que se dan dentro de la familia, son muchas veces imprevisibles. Sobre todo, si no hay denuncias previas o éstas se retiran a las primeras de cambio. "No podemos poner un policía detrás de cada ciudadano", resume otro mando policial.

Los que sí se pueden evitar son los que se dan en zonas de copas, en lugares de concentración de jóvenes. En especial durante la noche, que es cuando se consume más alcohol. Para ello serían necesarios más agentes en la calle.

Pero también es cierto que las personas y, en especial los jóvenes, no son amantes de ir a zonas de diversión en las que haya policías. Y si su presencia es frecuente, cambian de lugar de ocio y de copas. Eso tiene problemas añadidos, como, por ejemplo, que los empresarios protestan porque su negocio mengua y muchas veces son los primeros en pedir que los agentes, sobre todo los que van de uniforme, no se queden en un punto fijo durante toda la noche.

Sin embargo, existen otras medidas a medio y largo plazo, en opinión de Beatriz de Vicente. "Es necesario que se hagan talleres de integración para conocer a otras culturas que están viniendo, de forma que los inmigrantes no sean siempre los que se adapten a nuestras costumbres. Los españoles también tenemos que aprender mucho de ellos", analiza la criminóloga. "El problema es que los gobernantes no creen en estas actuaciones o en estos talleres porque no tienen resultados a corto plazo. Eso sí, es necesario educar en valores y acabar con la marginalidad de determinados barrios. No todo se puede basar en el Código Penal", concluye la letrada.

La región, sin embargo, ha vuelto este año a los índices de homicidios de los últimos años. Al menos hasta la fecha. En lo que va de año, se han registra-do 57 muertes violentas, una cifra muy similar a la que se dio entre los años 2004 y 2007. La tónica se rompió el año pasado cuando se disparó hasta las 71 muertes violentas. Gran parte de los crímenes de este año están resueltos, aunque las autoridades no suelen dar las cifras definitivas hasta dentro de dos o tres meses.


http://www.elpais.com/articulo/madrid/Fines/semana/criminales/elpepuespmad/20091213elpmad_1/Tes

Los científicos logran 'ver' los daños que causa el estrés postraumático en el cerebro infantil

LA EVIDENCIA DEL POR QUÉ ES IMPRESCINDIBLE QUE NUESTROS MENORES VIVAN SIN VIOLENCIA, EN UN AMBIENTE SANO, LIBRE Y LLENO DE CARIÑO:

  • El hipocampo, relacionado con los recuerdos, funciona peor en estos niños
  • El uso de resonancia magnética podría servir para saber si las terapias funcionan
  • El estrés postraumático incrementa además el riesgo de patología mental en menores

Actualizado viernes 11/12/2009 05:00 (CET)

PATRICIA MATEY

MADRID.- Se sabe desde hace tiempo que la mayoría de los niños y niñas que sufren malos tratos, presencian un acto violento, viven una catástrofe natural, un atentado terrorista o la guerra, sufrirá trastorno por estrés postraumático (TEPT). Pero ahora, y por primera vez, los científicos han podido 'observar' mediante técnicas de imagen la huella que este padecimiento deja en sus cerebros.

"Existen evidencias científicas de un menor volumen del hipocampo [zona del cerebro que almacena y recupera los recuerdos] en los adultos que fueron maltratados de pequeños y que desarrollaron TEPT. Sin embargo, estos hallazgos no han sido investigados en estudios pediátricos", comentan los investigadores en su trabajo, publicado en el último 'Journal of Pediatric Psychology'.

Bajo esta premisa, Victor Carrion, de la Universidad de Standford (EEUU), y su equipo han llevado a cabo un ensayo con 16 jóvenes de entre 10 y 17 años que desarrollaron síntomas del TEPT tras la vivencia de una experiencia traumática [bien sufrieron abusos sexuales, bien malos tratos físicos o bien presenciaron un acto violento] y los han comparado con un grupo de 11 menores sanos que no habían pasado por ninguno de estos traumas.

Entre los síntomas más frecuentes del trastorno destacan la reevivencia del trauma, con pensamientos o visiones, malestar psíquico intenso al exponerse a estímulos que recuerdan el acontecimiento, sueños recurrentes, evitación de conversaciones, pensamientos o personas que rememoren el suceso e incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma, aislamiento de la familia o de los amigos, entre otros.

A todos los participantes se les practicó una resonancia magnética (RM) mientras realizaban un test sencillo de memoria verbal. Esta prueba consistió en leer un primer listado de palabras. Posteriormente, se ofreció una segunda lista y se solicitó a los jóvenes que indicaran en qué posición se encontraban las palabras del primer listado en este último.

"Pese a que el hipocampo funcionó igual en los menores con el trastorno de estrés postraumático que en los sanos cuando se les dio la primera lista de palabras, en el momento de introducir la segunda, los menores que habían vivido el trauma cometieron más errores. Además, las pruebas de imagen constataron una menor actividad en el hipocampo durante la realización de la tarea en los adolescentes con TEPT que en los del grupo control", reza la investigación.

Herramienta fiable
Sus autores reconocen que los hallazgos tienen "una trascendencia importante a la hora de monitorizar el tratamiento del PTDS, que incluye psicoterapia, relajación y técnicas que ayudan a los menores a construir una historia coherente sobre el trauma y ayudarles así hacer frente al recuerdo de lo vivido. Hasta ahora, los profesionales tenían que evaluar la evolución de sus pacientes observando la mejora de los síntomas, el problema es que éstos cambian de un día para otro. Con esta herramienta tenemos una ventaja ya que realmente podemos saber qué está pasando a nivel neuronal", insiste Víctor Carrion, autor principal de la investigación.

Las personas con un peor funcionamiento del hipocampo tienen más posibilidades de experimentar unos síntomas específicos del estrés postraumático como, "evitación y embotamiento, dificultad para recordar el hecho traumático, falta de emoción y aislamiento social", apunta también la investigación.Por si fuera poco, el estudio reveló que el 80% de los menores con síntomas de TEPT padecía otra patología asociada, fundamentalmente trastornos del humor o del comportamiento y ansiedad.

La RM puede ser beneficiosa en un futuro próximo ya que podría servir para identificar qué menores víctimas de catástrofes tienen más posibilidades de desarrollar TEPT. "Está claro que este trastorno interfiere el desarrollo cerebral normal, además de elevar el riesgo de enfermedades mentales en la población infantil, por lo que la intervención precoz es fundamental", agrega el científico Carrion.


El cambio masculino. Interesante análisis

Más allá de actos, lazos y recuento de víctimas, en la lucha contra la violencia de género aún queda pendiente una revolución desde el interior. Aquélla a la que debemos ir juntos mujeres y hombres en armonía e igualdad. Una batalla desde la profunda defensa de las víctimas y de sus familias para que el desgarro de la pérdida de vidas no vaya acompasado por la incomprensión y la frustración. Esa revolución debe venir también del lado masculino.

Hombres y mujeres debemos compartir una idea: la violencia de género está instalada en la desigualdad. La sociedad aún no puede ganar la partida porque, pese a que el Estado, la sociedad y la ley se han volcado en las víctimas, aún hay muchos hombres que ponen en entredicho la violencia de género y hacen contrapeso con falacias de falsas denuncias o indeterminados privilegios a la hora de ser atendidas las víctimas en nuestros juzgados.

A esos incrédulos sólo les diría una cosa: que tengan la valentía un día, una hora de su vida de atravesar las puertas de un Juzgado de Violencia a la Mujer y oigan y sientan las historias que oímos, trabajamos, acusamos y sentenciamos a diario. Que paren esa hora y, sin prejuicios, sepan descifrar y entender el lenguaje de la violencia de género que todos los días transcribimos con declaraciones de víctimas, testigos, policías, psicólogos, forenses, abogados, jueces y fiscales. Tras ello, que tengan la frialdad de seguir desmontando estas historias con argumentos sin fundamento.

A esos hombres les decimos que el cambio desde fuera esta hecho, consumado, comprendido, legislado, denunciado, ejecutado. La sociedad ya lo ha asimilado. Pero el cambio interior aun está pendiente. Ésa es la revolución que nos queda. Aún tenemos que luchar contra la intolerancia, contra los "micro-machismos", como tan acertadamente los define el profesor Luis Bonino. Son aquellos que perduran en esas conductas invisibles de violencia de género, que son aceptadas socialmente y que también son su germen.

La violencia de género no puede ser tolerada o aceptada socialmente. Todo lo visible de esa atroz conducta es intolerado. Pero persisten los actos de dominación masculina invisibles que Bonino califica como "mecanismos de control" o de "violencia blanda" cuyo único fin es el oprimir e instaurar una posición de asimetría en la pareja. Seguro que muchos lectores reconocen estas conductas: no distribuir las tareas domesticas, relegar a la mujer al rol exclusivo de cuidadora, abusar del tiempo de ocio en detrimento del familiar o de pareja, desautorizaciones y ridiculizaciones públicas, actos de paternalismo, de manipulación emocional, o de hipercontrol... Ése es el germen de la desigualdad que debemos de desterrar para siempre de los códigos de conducta sociales porque eso no está tampoco visible en el Código Penal.

Sois vosotros, los hombres, los que debéis de decir "basta ya". Hacer la revolución que aún debéis a la sociedad. A las mujeres no les hace falta para su desarrollo moral el paternalismo utilitario desplegado en esas tretas de dominación oculta. A las mujeres, como recoge el Tribunal Supremo en su sentencia de 31 de enero de 2007, les ampara su integridad moral frente al sentimiento de ser tratada como persona y no como "cosa". Las mujeres no deben de sentirse nunca más envilecidas, humilladas o vejadas con actos invisibles de sus parejas y mucho menos deben de sentirse instrumentalizadas con esos actos que no son sino demostraciones de dominación masculina.

Esa revolución pendiente sólo puede venir de hombres valientes que demuestren con actos que la igualdad les ha calado. Que la propiedad no se puede escudar en actos violentos o intimidatorios. El amor es todo lo contrario: la libertad.

Pero, como esperanza, ya abanderan la lucha por la igualdad muchos hombres valientes: policías de todos los cuerpos que a diario detienen a maltratadores y protegen a las víctimas las 24 horas, médicos, abogados, trabajadores sociales, forenses, psicólogos, jueces, fiscales. Hombres que hacen que la lucha contra la violencia de género no sea en femenino singular, sino que sea en plural y en género neutro. Pues resulta que es un problema no sólo de las mujeres. Animo a esos hombres que están protagonizando ese histórico "cambio masculino". A todas las asociaciones de hombres que abanderan ya grupos de lucha por la igualdad y tantos movimientos que hacen el guiño al pensamiento de que antes que cambiar el mundo debemos de cambiarnos a nosotros mismos. Porque se niegan a seguir siendo cómplices y comparten lo que escribió Rosa Montero: "Una sociedad machista es una calamidad tanto para nosotras como para ellos".
Enhorabuena.

Flor de Torres es coordinadora de la Red de Fiscales Andaluces de Violencia a la Mujer.

http://www.elpais.com/articulo/andalucia/cambio/masculino/elpepiespand/20091208elpand_11/Tes

Los jóvenes se implican en formas de sumisión en sus primeras relaciones

Un estudio realizado por un grupo de investigadoras del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba (UCO) revela que los jóvenes se implican en formas de dominio y sumisión ya en sus primeras relaciones sentimentales.

La Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa ha informado hoy de que éste es uno de los resultados que arroja un estudio piloto en el que han participado 253 chicos y chicas cordobeses de entre 13 y 19 años y en el que se ha tratado de profundizar en la seducción entre adolescentes, y en cómo en ciertas formas de cortejo se incluyen conductas agresivas.

El trabajo revela que el 50 por ciento de los varones admite ser partícipe ocasionalmente de alguna agresión psicológica, frente al 51 por ciento de las chicas; mientras las agresiones físicas son admitidas por el 25,6 por ciento de los adolescentes y el 31,3 por ciento de las féminas.

"La diferencia entre chicos y chicas es mínima y las cifras nos revelan cómo ambos son víctimas y agresores", señala la autora de la tesis, Carmen Viejo.

Bajo el título "La Violencia en las relaciones sentimentales adolescentes: un estudio exploratorio en jóvenes cordobeses", este análisis ha servido a este grupo de investigadoras para sentar las bases y validar los instrumentos utilizados y así trasladarlos a una investigación de ámbito autonómico en la que participan casi 4.000 jóvenes andaluces, que concluirá el próximo año.

Los datos regionales se enmarcan dentro del proyecto de I+D Violencia y Cortejo Juvenil: un estudio psicoeducativo, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación en su Plan Nacional.

La coordinadora del proyecto, Rosario Ortega, explica que la importancia de estos resultados radica en que falta atención social sobre estos factores relacionados con la violencia que se da en el inicio de la pareja.
"Partimos de una hipótesis en nuestra investigación que denominamos con la expresión inglesa dirty dating (relación sucia), y es que muchas veces los adolescentes emprenden relaciones sentimentales en las que se crean dinámicas de dependencia, dominio y sumisión, implícitas en el propio ritual del cortejo que se desarrolla durante el noviazgo de los que no se tiene conciencia", ha explicado Ortega.

Por su parte, uno de los miembros de este grupo de investigación, Virginia Sánchez Jiménez, ha asegurado que llega un momento en la edad adulta temprana donde los roles "posiblemente cambian; ella, que en principio se involucró como él en conductas de dominio-sumisión, se mantendría en la faceta de víctima y él reforzaría su conducta dominante".

Ha añadido que se supone que "hay un salto en esas edades que provoca que esa rutina sucia se desequilibre a favor del varón, bien porque es más fuerte, bien porque la sociedad está continuamente reforzando actitudes machistas" por lo que "debemos indagar en la presencia de estos comportamientos agresivos ya desde el cortejo".

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=184947