CONSULTORIO DE FAMILIA
Escrito por: SORAYA LARA DE MÁRMOL, M.A.

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: ¿Es cierto que una mujer que ha estado sometida a una relación de violencia con su pareja y se divorcia podría volver a tener otra relación igual?

Respuesta de la terapeuta: Afirmar que si sería un riesgo de generalización. Las mujeres resilientes son el mejor ejemplo para indicar que mujeres víctimas de malos tratos han superado el sufrimiento psíquico, síntomas de depresión y ansiedad. Así mismo, ejemplo de recuperación de su autoestima. En estos casos hay que considerar otras variables, como por ejemplo, sintomatologías antes del maltrato, es decir, si sufrieron maltrato infantil o en otra relación. Estaríamos hablando de una vulnerabilidad psicológica que hace a la mujer víctima propiciatoria para que el agresor ejerza sobre ella el maltrato. El agresor reconoce la vulnerabilidad y la ataca. Además, considerar el tiempo de la relación actual y años de malos tratos. Las investigaciones nos dicen que a mayor número de años expuesta a violencia más probabilidad de daño o secuelas psicológicas.

Hemos encontrado mujeres con secuelas psicológicas muy graves, que necesitan asistencia psicológica especializada, quizás, por varios años. Otras requerirán de menor tiempo. Las relaciones con estructuras de funcionamiento violentos tienen pautas relacionales en la cuales danzan la víctima (sumisión), victimario (dominante). Una mujer en su rol de victimización aprende día a día a desarrollar habilidades de afrontamiento para manejar la adversidad y el sufrimiento. Pero, la adversidad no desaparece, sino que se mantiene por años, en consecuencia, los malos tratos aumentan.

La mujer busca ayuda tardíamente. Estamos hablando sobre los diez u once años de malos tratos. Soportar por tanto tiempo la violencia por parte de su pareja provoca en la mujer maltratada un alto grado de tolerancia a los comportamientos violentos, que los acepta y los incorpora a sus experiencias vitales para poder sobrevivir, creando una dependencia emocional (Rodríguez de Armenta).

Encontramos en ella la minimización del dolor psíquico, presenta distorsiones cognitivas como la minimización, negación o disociación, cambia la forma de verse a sí misma, a los demás y al mundo.

Una mujer que presente el síndrome de la mujer maltratada podría quedar atrapada en otra relación si no comprende lo que ocurrió en el pasado, su estilo de adaptación a la violencia, los mecanismos de defensa psicológica que usó como recurso de sobrevivencia emocional.