La violencia de género mata de cerca

Los asesinos de mujeres se distinguen por su crueldad, más del 80% estaba en paro y el 30% tenía antecedentes, según el informe de 2009 del Centro Reina Sofía.

Los asesinos de mujeres prefieren matar de cerca y del modo más cruel. Eso es lo que ocurre en más del 85 por ciento de los casos. El año pasado el 40 por ciento de las mujeres muertas a manos de su pareja fue herida con un arma blanca, el 13 por ciento fue estrangulada, el 9 por ciento murió asfixiada y el mismo porcentaje murió a golpes. El resto de los asesinos decidió arrojar a su pareja o ex pareja por un balcón, quemarla o atropellarla. «Sólo el 14,55 por ciento puso distancia con la víctima y ha utilizado un arma de fuego», según hace constar el informe «Mujeres asesinadas por su pareja. España, 2009» del Centro Reina Sofía y la Universidad Internacional de Valencia.

Los asesinos son jóvenes, de nacionalidad española la mayoría y sin ocupación laboral. La mayoría de los 60 hombres que el año pasado mataron a sus compañeras tenía entonces entre 25 y 44 años y siete eran menores de 24 años. El 55 por ciento era español y entre los extranjeros la inmensa mayoría de los asesinos (15) era de origen iberoamericano. El 78 por ciento no tenía empleo y entre los que trabajaban el 83 por ciento lo hacía en puestos no cualificados. Tres de cada 10 tenía antecedentes policiales.

La extrema crueldad de los asesinos queda confirmada por otro dato recogido en el informe: más del 8 por ciento mataron a su pareja delante de sus hijos.

La estadística desmiente la creencia popular de que el criminal actúa obcecado por la pasión y que cuando recobra la cordura y la conciencia de sus actos reacciona intentando acabar con su propia vida. Eso no es cierto. Los asesinos, en su gran mayoría, según el informe del Centro Reina Sofía, no se suicidan sino que son detenidos. Así sucede en siete de cada diez casos.

El número de mujeres asesinadas por sus parejas descendió en un 21 por ciento entre 2008 y 2009, pasando de 76 a 60 víctimas mortales, pero esa disminución no resulta tan notable si se toma como referencia un período más amplio, de 2005 a 2009 por ejemplo. En ese tiempo las muertes se redujeron sólo un 4,7 por ciento, de 63 a 60. Barcelona fue en 2009 la provincia española más diezmada por la violencia de género, con 7 mujeres muertas a manos de sus parejas a lo largo de 2009. La siguen Alicante, Madrid y Valencia, con 5 muertes cada una. En términos relativos, atendiendo a la población femenina de cada comunidad, Ceuta, La Rioja, Canarias y Valencia fueron las autonomías donde la violencia dejó una huella más honda, con más de cinco mujeres asesinadas por cada millón de ciudadanas mayores de 14 años.

La única supuesta muerte registrada en Asturias el año pasado por este tipo de violencia no se incluye en el estudio.