lunes, 12 de noviembre de 2007

VIOLENCIA DE GÉNERO. GUÍA ASISTENCIAL – ENTREVISTA CON LA DIRECTORA DE LA OFICINA DE ASISTENCIA A VÍCTIMAS DEL DELITO DE NAVARRA
// fecha de publicación 05/03/2007 5:36:00
ISSN 1886-1385 © INFOCOP ONLINE 2007
Recientemente, esta publicación informaba de la presentación, en la sede del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, del libro Violencia de Género. Guía asistencial, cuya autora es Mª José Rodríguez de Armenta, es creadora y Directora de la Oficina de Asistencia a las Víctimas del Delito de Navarra.
Con motivo de la presentación de este libro, Infocop Online entrevista para sus lectores a su autora. María José Rodríguez de Armenta nos habla de una de las problemáticas que más preocupa hoy en día en nuestra sociedad, la violencia de género, y de la manera de hacer frente a esta lacra social, tanto desde las Administraciones como desde nuestra disciplina.

ENTREVISTA
¿Cómo surgió la iniciativa de escribir un libro de estas características? ¿Qué necesidades se quieren cubrir con esta publicación?
El trabajo de asistencia a las víctimas que han sufrido violencia de género obliga a que diversos profesionales de distintas disciplinas debamos intervenir de forma urgente y simultanea (policías, jueces, fiscales, médicos forenses, psicólogos, abogados) para, a su vez, ayudar a este tipo de víctimas en diversos ámbitos (legal, policial, social y emocional) que se ha visto afectado como consecuencia de haber sufrido este delito múltiple (violencia psíquica, física, sexual, económica, etc.).
Por esta compleja realidad, en mi trabajo valoré que era indispensable crear unos procedimientos de actuación, los cuales son novedosos y han resultado muy eficaces. En este sentido, se ha considerado que podrían difundirse a través de este libro-guía, evitando pasos innecesarios en la intervención, confundir a las víctimas y duplicar esfuerzos.

¿A quién va dirigida esta guía?
El libro va dirigido tanto a los profesionales que deban atender a las víctimas de la violencia de género (psicólogos, abogados, policías y demás), como a la población en general que desee profundizar en el conocimiento de qué es este delito tan complejo. Ofrezco información útil y fácil de entender y de aplicar en los aspectos preventivos y en los directamente asistenciales.

¿Qué nos podemos encontrar en sus páginas?
El libro lo he dividido en tres partes claramente diferenciadas. En la primera parte describo el trabajo que se realiza en el ámbito forense (funciones, objetivos, intervención integral, etc.), de forma que se conozca la enorme utilidad del mismo.
En la segunda parte, se desarrolla el trabajo de ocho Procedimientos Asistenciales con víctimas de la violencia de género que he creado a lo largo de estos años y que han servido para trabajar de forma integral y coordinada en estos casos. Se aporta en cada procedimiento la información técnica completa: fundamentación teórica, objetivos, métodos, materiales y comentarios al respecto.
En la tercera parte, que está dividida a su vez en el abordaje de las agresiones sexuales y de la violencia doméstica, se ofrece información práctica sobre qué hacer cuando se sufren estos delitos. En este sentido, se ha intentado explicar, entre otras cuestiones, y a partir de las teorías psicológicas actuales, el por qué una mujer que sufre violencia doméstica retira la denuncia interpuesta y vuelve con el agresor; y las consecuencias psicológicas de estos delitos violentos. Por otra parte, también se ha plasmado con contundencia que existen tópicos e ideas erróneas al respecto que deben erradicarse para trabajar en contra de la violencia contra las mujeres.
El libro termina con la información de todas las Oficinas existentes en la actualidad en el estado español y con algún dato útil para poder solicitar ayuda.
En este libro se habla del trabajo que durante más de veinte años se viene realizando en las Oficinas de Asistencia a las víctimas. A grandes rasgos, ¿en qué consiste el trabajo que se realiza en esta oficina?
Las Oficinas de Asistencia a las Víctimas del Delito son servicios gratuitos, por lo general, creados para prestar una atención integral a las personas que han sido víctimas de un delito, apoyando la defensa de los Derechos Humanos y siguiendo los criterios de atención a las víctimas implantados en los países europeos.
El punto de partida de cualquier intervención con una víctima puede ser múltiple y variado, pudiéndose empezar a asistir a una víctima desde diferentes servicios y/o especialidades, como puede ser por la detección de un síntoma de agresión por parte de un médico, por la denuncia a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, por la denuncia en el juzgado, por la solicitud de ayudas asistenciales, etc. En muchos casos, el punto de convergencia de estos técnicos interactuantes es una Oficina de Asistencia a las Víctimas del Delito y por eso, son tan útiles para todos, incluyendo las víctimas.

El objetivo fundamental del trabajo forense es el de paliar la victimización primaria (la que se deriva del propio hecho delictivo) y disminuir la secundaria (derivada de la relación que se establece entre la víctima y el sistema jurídico-penal, policial, social y sanitario) con actuaciones especializadas en los distintos ámbitos que han podido verse afectados gravemente en la vida de las víctimas: familiar, social, laboral, económico y, sobre todo, el ámbito personal.
A través de este primer objetivo, se ofrece la coordinación y gestión de los recursos existentes relativos a la atención integral a las víctimas del delito, mediante los Protocolos de Actuación específicos que conformen una red integral y permanente de asistencia en cada Comunidad Autónoma.

¿A qué población se suele atender de manera más destacada?
La población que atendemos diariamente se engloba en los grupos que se han descrito como de riesgo y son los de menores, el de mujeres, la tercera edad y actualmente en Navarra, un amplío grupo de personas amenazadas por el terrorismo (policías, políticos, periodistas, empresarios, militares, etc.)
Por otra parte, los delitos que atendemos con más frecuencia son las agresiones y los abusos sexuales, la violencia doméstica, los robos y las agresiones con uso de intimidación o fuerza, los delitos contra los menores y los producidos por actos terroristas, entre los más destacados.

Desde su punto de vista, ¿cuáles son los elementos principales de una atención integral a mujeres maltratadas?
Como psicóloga jurídica, considero imprescindible la intervención psicológica especializada desde el primer momento de la interposición de denuncia; para posteriormente, incorporar a estas mujeres en programas terapéuticos también especializados. Es decir, que los psicólogos que intervengan, deben tener formación en Psicología clínica, pero también en Psicología jurídica.
Por ello, y ahondando en la materia, creo que es interesante crear equipos de psicólogos especializados en las dos ramas mencionadas. Es necesario que se incorporen en los protocolos de urgencias (112) de cada Comunidad Autónoma y que pueden ser solicitados por las policías o los juzgados en el mismo momento en que la mujer está denunciando los hechos. También considero indispensable que existan distintos programas terapéuticos para estos casos. Creo que una mujer que haya sufrido violencia de género necesita recuperar su "salud mental", y cerrar sus graves y profundas heridas; sino, la realidad nos dice que no hemos ayudado de manera profunda a estas mujeres.

Hoy en día parece que, desde un punto de vista técnico, mediación y violencia de género suenan como cosas incompatibles. En la medida en que existe una denuncia por parte de una mujer, la herramienta de la mediación no es posible. Desde su dilatada experiencia en este terreno, ¿cuál es su opinión al respecto? ¿Es posible que los procedimientos se modifiquen en un futuro?

La Mediación Penal es una herramienta útil para resolver los delitos o faltas que no tengan una entidad severa en relación con la intensidad del delito y/o de las consecuencias físicas y psicológicas sufridas en la víctima. En este tema soy cauta, quizás porque debo percibir que se aplica correctamente y de forma sistemática.
Considero que la mediación debe hacerse considerando el mayor beneficio para las dos partes implicadas, pero es imprescindible que los mediadores tengan un amplio bagaje y experiencia en derecho penal y en criminología y victimología. Cuando este proceder tenga estas premisas fundamentales, veremos que la mediación penal es un método de trabajo básico para resolver graves problemas. Pero no todo delito puede ser tratado a través de una mediación. Es posible, y así lo creo, que éste sea el futuro en nuestro trabajo diario.

¿Le gustaría añadir algo más?
Quiero trasmitir el optimismo que sinceramente tengo respecto a mi trabajo. Este trabajo es muy gratificante. Me refiero a que el buen hacer de los psicólogos/as jurídicos/as ha permitido que la Justicia mejore en calidad técnica y humana. Nuestro trabajo permite que las mujeres que han sufrido violencia puedan tener una atención adecuada a las necesidades que el delito les ha impuesto y les sea más llevadero todo el proceso en el que se ven envueltas.
Y además puedo hacer esta afirmación porque lo hemos comprobado a lo largo de varios años de experiencia. Las mujeres víctimas de este tipo de violencia se recuperan emocionalmente y vuelven a ser capaces de vivir felices si se incorporan a programas terapéuticos eficientes.
Por otra parte, no quiero olvidarme de darle importancia a la necesidad de complementar este trabajo con las mujeres víctimas de la violencia de género, diciendo que también es necesario que se creen programas especializados para los maltratadores familiares, eso sí, siguiendo las mismas pautas técnicas que antes he señalado; es decir, que sean psicólogos clínicos y jurídicos los que los realicen.

lunes, 12 de noviembre de 2007 - Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos