Guía Informativa sobre Violencia Doméstica


Qué es el maltrato doméstico
Se entiende por violencia doméstica cualquier acto de agresión que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, incluyendo las amenazas de estos actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como la privada, cuando estos actos son ejercidos por miembros de la familia o persona de análoga relación de afectividad.
"Desde un punto de vista clínico, el maltrato doméstico se refiere a las agresiones físicas, psíquicas, sexuales o de otra índole, llevadas a cabo reiteradamente por parte de un familiar (habitualmente el marido), y que causan daño físico y/o psíquico y vulneran la libertad de otra persona (habitualmente la esposa)" (Echeburúa, 1990).

En la violencia doméstica se observa:
1. Que existe de una acción física y/o psicológica que produce daños en la víctima.
2. Que el agresor tiene intención de producir daños en la víctima.
3. Que el estado en que queda la víctima después de la agresión es alarmante y que tiene amplias repercusiones.
4. Que las agresiones contra la mujer se alejan de las normas y de las pautas aceptadas por la comunidad en la que viven.
5. Alguna combinación de estas variables.

¿Por qué maltrata el hombre a la mujer?
"La observación reiterada de los hijos del maltrato doméstico a la mujer por parte del marido tiende a perpetuar esta conducta en los matrimonios de la siguiente generación. Los niños aprenden que la violencia es un recurso eficaz y aceptable para hacer frente a las frustraciones del hogar. Las niñas aprenden, a su vez, que ellas deben aceptarla y vivir con ella. (Echeburúa, 1990) (Teoría del Aprendizaje Social de Bandura, 1977)".

¿Qué tipos de maltratadores existen?
Siendo concisos podemos decir que son de dos tipos:
1. Los dominantes con personalidad antisocial y que manifiestan conductas violentas tanto dentro como fuera del hogar.
2. Los dependientes que tienden a ser depresivos y celosos y se muestran violentos sólo en el ámbito doméstico.

¿Qué características tienen los maltratadores domésticos?
• Es más frecuente que sean hombres jóvenes y de un nivel económico bajo.
• Suelen ser hombres en paro o con un contrato de trabajo a tiempo parcial.
• En muchos casos, han estado expuestos a la violencia en su infancia y han aprendido a manifestar conductas agresivas en el hogar.
• Sin embargo, muchos estudios dicen que los maltratadores son hombres de todas las clases sociales, de diferentes niveles económicos y culturales y de todas las edades.
• Es frecuente que tengan personalidad antisocial y sufran la depresión mayor.
• No suelen tener otro tipo de trastornos psicopatológicos.
• Suelen ser ansiosos, indiferentes (con poca capacidad empática) e impulsivos.
• Tienden a ser depresivos, subjetivos, dominantes, hostiles y con poco autocontrol de la ira.
• Suelen ser posesivos y celosos.
• Muestran de forma sistemática problemas de asertividad (incapacidad para comunicarse con eficacia).

¿Influye el abuso de alcohol y/o de las drogas en la violencia doméstica?
• Sí. Existe relación entre el consumo de alcohol y el maltrato doméstico.
• El maltrato doméstico es menor entre los consumidores de droga (del 13 al 30%) que entre los consumidores de alcohol (del 50 al 70%).
• El maltrato es más grave cuando el maltratador está bajo los efectos de la droga o de la droga y el alcohol.

¿Cómo podemos predecir el riesgo de que exista violencia doméstica?
1. Si se aprecia un aumento gradual de los insultos y de las amenazas.
2. Si el hombre comienza a desvalorizar y a aislar socialmente a la mujer.
3. Si el maltratador comienza a agredir a la mujer en el noviazgo o al principio de matrimonio.

Entonces podemos afirmar que:
• Si ha existido un el primer episodio de maltrato, la probabilidad de nuevas agresiones es mucho mayor y estas agresiones cada vez serán más graves.
• Si existe maltrato psicológico, es alto el riesgo de que comiencen las agresiones físicas.
• Si la relación es violenta desde un principio, se observa que se produce una progresión del maltrato psicológico al físico.
• Si han existido agresiones físicas durante el noviazgo se predice que esta violencia será estable a lo largo del tiempo.

El 75% de las mujeres víctimas de la violencia doméstica no sienten su relación como problemática y creen que son agredidas por culpa del alcohol, de la frustración del hombre o por otras causa que eximen de intencionalidad al agresor.

¿Se perpetúa el maltrato doméstico?
1. Las víctimas de la violencia doméstica suelen mantener esta situación durante mucho tiempo, más de 10 años por término medio, aunque sufran agresiones de una tremenda violencia y gravedad.
2. Frecuentemente, y a pesar de haber denunciado al agresor y de iniciarse algún complejo procedimiento judicial, suelen volver a la situación anterior, especialmente si no ha habido algún apoyo terapéutico.
3. El maltrato doméstico comienza normalmente desde el principio de la relación de pareja y la violencia física y psicológica va aumentando, tanto en frecuencia como en intensidad.
4. Durante el embarazo de la mujer, no cesan las agresiones e incluso se ha observado que aumentan.

¿Qué puede ayudar a que la víctima abandone al maltratador?
1. Que las agresiones sean muy graves y frecuentes.
2. Que la mujer no haya sufrido y aguantado demasiado tiempo las agresiones.
3. Que la experiencia en su familia de origen sea diferente a la de la violencia que esta viviendo.
4. Que sea joven y tenga una aceptable autoestima.
5. Que no sea elevado el número de hijos a su cargo.
6. Que tenga un mínimo nivel cultural.

¿Qué puede dificultar que la víctima no abandone al maltratador?
1. Que la mujer no tenga trabajo.
2. Que sea corta la duración de la relación y considere que aún puede cambiarse.
3. Que tenga problemas económicos.
4. Que esté enamorada del agresor.
5. Que no sepa ni tenga a donde ir.

Por lo tanto, de la violencia doméstica se sabe que:
1. Cuanto mayor sea la duración y la gravedad del maltrato doméstico, menor será la probabilidad de romper la relación.
2. La mujer se vuelve cada vez más temerosa y dependiente y desarrolla sentimientos de culpabilidad, de baja autoestima y de pasividad ante el problema.
3. Existe una serie de factores sociales, como la dependencia económica, la falta de recursos y de apoyo ambiental y la vergüenza social, que favorecen la continuidad de la relación abusiva.
4. El que existiese maltrato en la familia de origen, tanto en el hombre como en la mujer, puede perpetuar esta conducta de violencia familiar.

¿Por qué no comprendemos a las víctimas de la violencia doméstica?
Muchas veces nos preguntamos, ¿por qué una mujer maltratada no abandona al agresor? ¿Por qué no evita las agresiones y permanece junto al agresor? ¿Cómo es posible que la mujer agredida siga queriendo y defendiendo a este hombre que le produce graves agresiones físicas y psicológicas?
• ¿Por qué el 70% de las mujeres permanecen con la pareja violenta más de 10 años?
• ¿Por qué la mujer maltratada minimiza la violencia de la que está siendo objeto?
• ¿Por qué la mujer maltratada lo oculta?
• ¿Por qué niega las agresiones aunque sean evidentes?
• ¿Qué procesos psicológicos explican que justifique a su maltratador o que asuma sus excusas?
• ¿Por qué acepta sus arrepentimientos tras cada episodio de violencia?
• ¿Por qué retira las denuncias que ha puesto en un momento de lucidez?
• ¿Por qué paraliza el proceso judicial declarando a su favor?
Estas son las preguntas típicas que se pueden responder con alguna teoría psicológica, pero y sobre todo, quisiéramos que sean una explicación que evite el que juzguemos a estas víctimas.

¿EXISTE UNA EXPLICACIÓN?

TEORÍAS SOCIOLÓGICAS
Algunas teorías sociológicas dicen que la violencia doméstica se refuerza y tiene apoyo de la sociedad por las siguientes cuestiones:

1. La estructura de poder de nuestra sociedad es masculina.
2. El legado cultural y los valores sociales son masculinos.
3. El proceso de socialización es diferente entre el hombre y la mujer.
4. El sistema de creencias de las propias instituciones refuerza el papel masculino.
5. La tolerancia social sigue siendo alta y se ejerce poco control en los casos de violencia doméstica (¿problema privado?).
6. El mandato social y las tradiciones refuerzan el papel de la mujer maltratada para seguir tolerando la violencia.
7. El rol social está definido para el hombre y para la mujer y no se modifica.
8. El lenguaje, las bromas, los chistes siguen siendo machistas.
9. Los medios de comunicación y la publicidad denigran la imagen de la mujer.
10. Predomina un modelo estético de mujer difícil de conseguir (muy delgada, muy cuidada, bien vestida, dulce…).


TEORÍAS PSICOLÓGICAS

LAS PRIMERAS TEORÍAS
1. Revictimizaban y culpabilizaban a las mujeres agredidas.
2. Respondían al contexto socio-cultural del momento.
3. Buscaron las características en las mujeres del por qué las maltrataban.
4. Pensaron en el masoquismo como explicación del aguante en estas mujeres agredidas.
5. Postularon oscuras teorías acerca de las ‘resistencias’ de las mujeres para las que el maltrato entraña una fuente de placer.
6. No valoraron:
o La existencia de una relación de poder desigual.
o La alternancia de condicionantes aversivos y reforzantes en la violencia doméstica.
o La presencia de refuerzos intermitentes en los ciclos de violencia.
o El patrón conductual es altamente persistente y de difícil extinción.


LA TEORÍA DE LA INDEFENSIÓN APRENDIDA DE SELIGMAN (1975)
1. La mujer maltratada tiene la percepción cognitiva de “no ser capaz” de resolver o controlar su vida.
2. Esta distorsión cognitiva se generaliza a otros ámbitos de su situación vital.
3. La mujer maltratada fracasa en el empleo de sus habilidades para resolver sus problemas diarios y reducir los episodios de violencia que viene sufriendo.
4. La mujer comienza a padecer déficit cognitivos, afectivos y motivacionales.
5. La mujer víctima reconoce que sus estrategias para sobrevivir y sus respuestas para reducir las agresiones no obtienen los resultados deseados para resolver su dramática situación.
6. Entonces, la mujer maltratada:
• Empieza a buscar alternativas para conseguir un cambio urgente;
• Como no consigue resultados positivos…
• Comprende que sus conductas son ineficaces...
• Y comienza a sufrir “la indefensión aprendida”: cualquier cosa que haga no sirve para nada.


LA TEORÍA DEL CICLO DE LA VIOLENCIA DE WALKER (1984)
Walter postula que la violencia doméstica sigue un ciclo que consta de 3 fases de desarrollo y permanencia de la violencia:
1. fase de formación de tensión
2. fase de explosión
3. fase de amor o reconciliación
Cuando en la relación de una pareja aparece un episodio de agresión y de violencia, se puede considerar que, existe un alto riesgo de que las agresiones sean cada vez más frecuentes y más graves.
La víctima no es consciente de la presencia de este Ciclo de Violencia y adopta la responsabilidad de apoyar al agresor en los momentos de arrepentimiento y de aparente cambio de actitudes. Esta situación lleva a que la víctima se culpe por no tener la capacidad para conseguir el cambio deseado y por tanto, su autoestima también se ve afectada.
Esta Teoría dice que el ciclo es cada vez más corto, es decir, que el tiempo que transcurre de la 1ª a la 3ª fase es menor; el maltrato es cada vez más frecuente y violento; la víctima cada día confía menos en su capacidad para resolver esta situación y tiene menos recursos psicológicos. Por tanto, cuando mayor sea el tiempo que la víctima forme parte de este ciclo de violencia, mayor será el esfuerzo de recuperación y mayor la dificultad para salir del mismo.


TEORÍA DEL MICROSISTEMA DE ECHEBURÚA (1998)
Esta teoría señala que el estado emocional de ira que habitualmente presenta el hombre maltratador en los episodios de violencia doméstica, interactúa con:

1. Los estereotipos del género masculino que crean una actitud de hostilidad hacia las mujeres.
2. Los pensamientos activadores de la violencia que ha ido generando cada maltratador.
3. El déficit de habilidades sociales y de otra índole que suele caracterizar a los maltratadores.
4. La enorme vulnerabilidad que presentan las víctimas de la violencia doméstica.
5. El abuso de alcohol o de otras sustancias.

EL SÍNDROME DE ADAPTACIÓN PARADÓJICA (2001)
La descripción de la instauración y permanencia de este Síndrome en la mujer maltratada, sigue una serie de pasos y son los siguientes:

1. La mujer maltratada va generando diversos procesos que son paralizantes y limitadores y los mantiene pese a su ineficacia para eludir las agresiones, por el pánico que siente hacia el maltratador.
2. La mujer víctima de las agresiones domésticas, ve que no tiene escapatoria de esta situación de violencia que vive.
3. La víctima no encuentra ninguna salida a la situación de tortura diaria a la que está sometida.
4. La mujer víctima de la violencia doméstica no tiene o ha ido perdiendo, los recursos alternativos que le ayuden a escapar.
5. Habitualmente tienen cargas familiares que no pueden eludir y que limitan sus posibles escapatorias de urgencia (los hijos).
6. Estas mujeres agredidas han perdido los apoyos sociales, familiares y de su entorno. Se sienten y están aisladas.
7. Es entonces cuando comienzan a sufrir graves distorsiones cognitivas.
8. Y curiosamente presentan “reacciones paradójicas” a la situación de violencia doméstica que sufren de forma intensa y dramática.


No juzguemos a las víctimas de la violencia doméstica

Si no se integran en programas de salud mental, no se romperá el círculo de la violencia y no tendrán una buena calidad de vida.

Ideas erróneas sobre violencia doméstica
NO ES CIERTO QUE...


Sólo se produce violencia en determinadas familias.

La violencia doméstica se puede producir en cualquier familia, independientemente de su nivel económico, cultura o social.
Cualquier persona puede ser víctima de la violencia familiar, sea cual sea su profesión edad, raza, ideología, estatus, social, cultura, etc. De la misma manera, cualquier persona puede ser agresora.
No obstante, mayoritariamente las mujeres, los menores y también las personas mayores, son las principales víctimas de la violencia y los agresores, mayoritariamente, son hombres.

Los hombres agresores son enfermos mentales, alcohólicos, o drogadictos.
La violencia familiar no es consecuencia de estas adiciones; la pueden agravar o facilitar pero no son la causa, ya que si fuera así habría que llegar a la conclusión de que todos los enfermos mentales, los alcohólicos o drogadictos son violentos, lo que no es cierto; o que estas personas son violentas en todos los ámbitos, lo que tampoco es cierto ya que, por norma general, los hombres violentos y agresores en el ámbito familiar no lo son en su medio social o laboral, donde a veces incluso tienen una imagen respetable y amable.
Los violentos suelen ser personas que no saben relacionarse en términos de igualdad y de respeto y que tienen una fuerte tendencia a materializar sus relaciones.
La violencia doméstica es un delito, es un atentado contra los derechos humanos, contra la libertad, la seguridad, la dignidad y la integridad física y psíquica de las personas que concierne y es responsabilidad de toda la sociedad.

Cuando se pega es porque algo se ha hecho.
Nada justifica la utilización de la violencia ni legitima una agresión.

Aguantan porque quieren.
Son muchos los motivos por los que las personas que padecen violencia en el hábito familiar no deciden poner fin a la situación que vienen padeciendo: miedo, temor, vergüenza, dependencia económica, dependencia afectiva, los hijos, falta de seguridad, etc. No se quedan porque les guste la violencia, sino porque se encuentran en una situación difícil y extrema. A todo ello hay que añadir la perdida de autoestima por parte de la víctima que le impide actuar, así como la esperanza de que el agresor cambiará y que será la última vez que pase.

Si se tienen hijos o hijas es mejor aguantar.
Precisamente, en beneficio de los hijos y de las hijas, lo mejor es que no vivan ni padezcan estas situaciones o comportamientos violentos, ya que esto les puede provocar trastornos de conductas, de salud y de aprendizaje (reproducir comportamientos violentos o el rol de víctima).

Aspectos psicológicos de la violencia doméstica
Indicios de conductas violentas
• Ignorar los sentimientos.
• Ridiculizar o humillar, tanto en público como en privado.
• Criticar, insultar y gritar continuamente.
• Intentar controlar las ideas y anular las decisiones.
• No permitir el acceso o la posesión de bienes y propiedades.
• Aislar, no permitir trabajar ni relacionarse con las amistades y los familiares.
• Tener ataques de celos.
• Amenazar con dejarla o hacer daño.
• Intimidar.
• Destrozar cosas o hacer daño a animales.
• Utilizar o tener armas.

Fases de la violencia
1. Fase de tensión:

Comienzan los insultos, las demostraciones agresivas y los primeros episodios de violencia, pero no de una forma extrema.
Cualquier circunstancia o incidente puede provocar la situación de violencia (no tener preparada la comida, saludar a un amigo, llegar un poco tarde, arreglarse, etc.).
2. Fase de agresión:
Cada vez son más frecuentes los momentos de tensión hasta que finalmente se producen los comportamientos violentos graves en forma de agresiones físicas, psíquicas y/o sexuales.
3. Fase de conciliación o de arrepentimiento:
Después de las primeras manifestaciones de violencia se suele prometer que no volverá a pasar. Frases como "nunca te volveré a hacer daño" "no quería hacerlo" "cambiaré", "no me he podido controlar", son muy frecuentes.
También se suele intentar transferir la culpa del conflicto a la víctima y negar su responsabilidad ("me provocaste, sino lo hubieras hecho yo no te habría pegado").
Se suelen alternar periodos de afecto, de sentimientos de mayor intimidad, con periodos de violencia, ira y agresividad. Continuando así el ciclo.
No obstante, cada vez serán más frecuentes los momentos de tensión y agresión, y menos los de arrepentimiento.

Posibles reacciones de las víctimas de violencia doméstica
• Negar u ocultar los actos violentos.
Miente sobre las lesiones o las agresiones por miedo, vergüenza, etc.
• Minimizar la gravedad de la violencia.
Se convencen a sí mismas de que las cosas no están tan mal.
• Culpabilizarse de la agresión.
Es típico pensar: "yo actuaba mal, por tanto, tenía derecho a pegarme" o "yo lo provoqué".
• Identificarse con la persona agresora.
La persona agredida se intenta adaptar a la situación como una estrategia de supervivencia, lo que dificulta particularmente la separación y puede provocar diferentes efectos psicológicos: rabia desplazada (la persona agredida centra su rabia hacia ella o hacia otras personas en lugar de hacerlo hacia la persona agresora), pérdida de autoestima y valoración (se cree merecedora de la agresión), indefensión aprendida (percepción de que no se puede hacer nada para prevenir que pase un suceso negativo en el futuro).

• Efectos diversos
Las víctimas de la violencia doméstica suelen padecer ansiedad, depresión, dolencias somáticas, temores, estrés, motivado al vivir bajo la constante amenaza de ser agredidas, etc.

Qué hacer contra la violencia doméstica

HABLAR
Es muy positivo contar lo que pasa lo más pronto posible a personas de confianza, a los/as profesionales de los servicios de Atención a las Víctimas del Delito, o a centros y asociaciones especializadas en Atención a la Mujer, ya que con el silencio lo único que se consigue es prolongar la situación.

ACUDIR A UN CENTRO DE SALUD O DE URGENCIAS DE UN HOSPITAL
Si se han producido lesiones físicas, se tiene que ir a un centro de salud u hospital donde se hará un reconocimiento médico y se practicará el tratamiento adecuado. Si es posible, es aconsejable hacer fotografías antes de que las lesiones desaparezcan a fin de facilitar la tarea judicial.
Solicitar una copia del parte médico donde ha de constar las lesiones, los traumatismos observados, evaluación de las posibles secuelas psicológicas, el tratamiento aplicado y el pronóstico.

DENUNCIAR ANTE LA POLICÍA O EL JUZGADO DE GUARDIA
Denunciar es poner en conocimiento de las autoridades los hechos ocurridos a fin de que éstas lleven a cabo las acciones pertinentes. La interposición de la denuncia es un derecho y un deber de la víctima a fin de evitar nuevas agresiones.
Si se desea se puede solicitar ser atendida por una mujer; en cualquier caso, se ha de exigir un trato correcto y profesional.
En la denuncia es importante que conste lo siguiente:
• Todo lo que ha pasado, no callar nada.
• En qué ha consistido la violencia: física, psíquica, amenazas, coacciones, roturas o destrozos de la vivienda, etc. y si se han utilizado armas y otros instrumentos.
• Si ha habido agresiones anteriores y si se habían denunciado.
• El parte médico de las lesiones.
• Los datos identificativos de personas que hayan sido testigos de las agresiones. Antes de firmar la denuncia se ha de leer y se pueden hace las modificaciones o ampliaciones que se consideren oportunas.
• Solicitar una copia de la denuncia.
Además se tiene derecho a:
• Solicitar medidas de protección (orden de protección, acompañamiento policial, orden de alejamiento para el agresor, retención de armas, orden de desalojo del domicilio, intervención de teléfono, etc.).
• Solicitar asistencia jurídica gratuita si no se tienen recursos económicos.
• Ser informada sobre las posibles ayudas y servicios sociales existentes (centros de acogida, centros de información, atención psicológica y sanitaria, etc.)
• Ser informada sobre la tramitación judicial de la denuncia.
• Irse de la vivienda con los hijos y las hijas, sin que sea considerado abandono del hogar, siempre que en un plazo de 30 días se inicien los trámites de separación (medidas provisionalísimas o demanda de separación).
En este caso, es importante llevarse los siguientes documentos: Libro de Familia, el DNI, la cartilla de la Seguridad Social, las últimas nóminas, cuentas corrientes, libretas de ahorros, las escrituras o contratos de alquiler de la vivienda.
Si no se han cogido estos documentos o los enseres personales, se puede solicitar acompañamiento policial para ir a retirarlos.
Si no se tiene a dónde ir (ningún familiar o amistad) existen centros de acogida.

INFORMARSE
Si antes de interponer la denuncia no se tiene información, es importante acudir a un centro de Atención a la Mujer para recabar información y asesorarse adecuadamente. Son totalmente gratuitos.

PROTEGER LA VIDA
Si una vez adoptada la decisión de denunciar y/o de separarse, el agresor continúa o agrava su comportamiento violento:
Avisar en cualquier momento a las fuerzas de seguridad.
Comunicarlo al Juzgado y solicitar protección.
Procurar no ir sola, no dejarlo entrar en la vivienda, no bajar la guardia.
Tener planificada una estrategia de huída. No romper los planes de seguridad de forma arbitraria.
Crear una red de apoyo social, familiar y policial.
Explicar detalladamente a los hijos la situación de riesgo que se está viviendo, dándoles pautas de actuación concretas (alejarse rápidamente si se inicia una agresión y llamar al 112; no irse con el agresor sin previo aviso, y etc.).
Entregar en el colegio de los hijos la Orden Judicial dictada para que establezcan las medidas de seguridad adecuadas y eviten que puedan ser recogidos por el agresor sin permiso de la madre.

Violencia de Género. Guía Asistencial. Ed. EOS (de Mª José Rodríguez de Armenta)