¿Qué pasa con las pruebas periciales? ¿Las de parte versus las del Juzgado?

La historia de siempre: los peritos de oficio vs los de parte.
Pero ¡por qué entregan el Informe pericial casi siempre el ultimo día o cuando no da tiempo a estudiarlo? ¿por qué se basan en los de los peritos del Juzgado y después SUELEN hacer un contrainforme y uno que favorece a su contratante?
Por mi prate, puedo decir que en muchos años de trabajo forense, JAMAS HE VISTO, OÍDO O CONOCIDO QUE SE ENTREGASE UN INFORME DE PARTE QUE PERJUDICASE AL QUE SE LO ENCARGÓ.

LEED ESTO Y POR FAVOR, DECIDME VUESTRA OPINIÓN SOBRE EL CASO DE NAGORE LAFFAGE, ASESINADA EN PAMPLONA EN SAN FERMÍN DEL 2008.

LAS PERICIAS MÉDICAS DE LOS FORENSES DEL JUZGADO
Dos médicos forentes del Instituto Navarro de Medicina Legal manifestaron esta mañana que Nagore Laffage murió por "estrangulamiento manual", que es de "etiología homicida siempre". Según expusieron, no hay "ninguna duda" de que fue una muerte violenta y añadieron que las lesiones que presentaba la víctima "indican que el tiempo de actuación sobre ella fue relativamente prolongado".
Los forenses comparecieron esta mañana, llamados por el Ministerio Fiscal, en la quinta jornada del juicio por el asesinato de Nagore Laffage. Durante su exposición, que fue acompañada por fotografías de la víctima, la vista oral tuvo que ser suspendida unos minutos ya que uno de los miembros del jurado sufrió un desvanecimiento.
Según expusieron los médicos forenses durante su intervención, la autopsia determinó que la joven irunesa falleció entre las 7 y las 11 horas del 7 de julio de 2008 por "estrangulamiento manual".
Preguntados por el fiscal si se puede determinar si se apretó fuertemente el cuello, señalaron que sí, que así lo reflejan, "más que las lesiones externas, las internas". A su juicio, da la impresión de que "se produjo presión con una mano" y que "tuvo que ser presión continua", "no durante un tiempo corto".
Detallaron que la víctima tenía hematomas y erosiones en la cara. Preguntados por el fiscal cómo se produjeron, especificaron que tuvo que ser un "elemento contundente", que podrían ser los puños o bien golpes contra la pared o el suelo. Según manifestaron, estas heridas no eran "suficientes" para producir un fallecimiento y sí le pudieron ocasionar una "disminución del nivel de conciencia". También sufría lesiones en la zona del cuello, donde también existía una congestión venosa, que se produce, expusieron los expertos, tras presionar en el cuello. Igualmente distintas partes del cuerpo presentaban lesiones, lo que hace suponer que "la ropa debía estar retirada". En la mano había lesiones producidas por "elementos cortantes" y un dedo cortado. Los forenses expusieron que la víctima en el momento del fallecimiento registraba una tasa de alcohol en sangre de 1,12 ó 0,6 gramos de alcohol por litro de aire espirado. "La afectación del alcohol es un tema individual, pero el nivel encontrado en el cuerpo de Nagore equivaldría al límite del delito de conducción", indicó.

"UN ARREBATO"
Dos médicos forenses que realizaron un informe físico y psicológico del acusado a petición del juzgado instructor manifestaron que José Diego Yllanes pudo matar a Nagore Laffage como consecuencia de un "arrebato".
"Debido a los rasgos de personalidad que tiene y con los datos de que disponemos, actuó como consecuencia de un estímulo muy fuerte, un estado pasional, que le suponía un ataque a sus rasgos de personalidad y no tuvo la capacidad para no hacerlo. Es lo que más cuadra en este caso", opinó una de las facultativas.
Señaló que José Diego Yllanes presenta "rasgos compulsivos, pero que no llegan a ser trastorno de personalidad", "no es un inadaptado, es una persona normal". "Ví que tenía rasgos compulsivos u obsesivos, es una persona perfeccionista, que le gusta hacer todo bien, obsesivo por el orden, poco expresivo y bastante rígido en los patrones de comportamiento", manifestó. Las especialistas relataron en la vista oral que el informe psicológico se realizó con los datos obtenidos en la entrevista de algo más de una hora con el procesado el día 9 de julio de 2008 y que no hubo un encuentro posterior porque el acusado, expusieron, no colaboró.
De esta entrevista, determinaron que "no presentaba ninguna alteración ni de la percepción, ni de pensamiento, ni de memoria, una patología normal". Sí que estaba "ansioso", dijo la forense, para añadir que la ansiedad es una reacción ante algo que produce estés.
Manifestó que se mostró "arrepentido" de lo que había hecho.
Preguntada por el fiscal cómo le puede afectar al acusado la ingesta de alcohol, señaló que, de los vídeos existentes de Yllanes momentos antes de que ocurrieran los hechos, se desprende que no presenta "incoordinación motora", es decir, "que no se tambalea" y además, prestaba atención. Según añadió, no sería una intoxicación plena porque no tiene alterada la capacidad de raciocinio. Señaló que no fue el alcohol el detonante de la conducta que tuvo.
También relató que el acusado les manifestó que el primer recuerdo que tenía de lo ocurrido el 7 de julio lo situaba en su piso, él sentado en el sofá y la víctima en el suelo y que pensó que él la había matado.
La especialista encontró en ello una "contradicción", porque si no recordaba nada no tenía por qué pensar que él había tenido algo que ver en el estado de la joven. Respecto a la exploración física, indicó que José Diego Yllanes presentaba arañazos en los nudillos de la mano derecha y erosiones en la izquierda "compatibles con haber golpeado a alguien". También presentaba heridas leves en brazos, piernas y región lumbar, "compatibles con haber estado en el monte". A preguntas de la defensa de por qué no se solicitaron pruebas de alcohol o drogas del acusado, la forense señaló que como se hablaba tan sólo de consumo de alcohol no tenía sentido pedirla dos días después, el día 9. Sí respondió que hubieran "tenido algún dato más si hubiera aparecido algún tóxico". Preguntada si es posible "que uno vaya andando a casa y tener lagunas", manifestó que sí.

LO QUE DICEN LAS PSIQUIATRAS CONTRATADAS POR LA FAMILIA DEL ACUSADO: Dos peritos psiquiátricas llamadas por la defensa en el juicio por el asesinato de Nagore Laffage aseguraron hoy que el acusado, José Diego Yllanes, sufría una "intoxicación etílica" el día en que cometió el crimen, basándose en las declaraciones del propio procesado y de las amigas de la víctima que estuvieron con él aquel día.
Una de las peritos manifestó que la intoxicación podría ser "más bien leve", aunque la otra apuntó que no tiene datos suficientes para dar su opinión. Según manifestaron, los datos recabados a lo largo de su análisis son "congruentes con una intoxicación etílica" y creen que existe la "posibilidad" de que el acusado sufriera un "delirium".
No obstante, reconocieron que no existe una prueba toxicológica que confirme si el procesado se encontraba ebrio el día del asesinato y señalaron igualmente que no han podido determinar exactamente en qué grado de intoxicación etílica podría encontrarse el acusado. Además, manifestaron que el acusado puede ser "más vulnerable al alcohol" por una historia familiar de intolerancia al alcohol, si bien él propiamente no padece una enfermedad. Igualmente, recordaron los dos casos de coma etílico que padeció en el pasado José Diego Yllanes. En cualquier caso, apuntaron que el alcohol consumido por el procesado y por la víctima "supondría un catalizador en el desarrollo de los acontecimientos, en el sentido de una mayor impulsividad y de una visión distorsionada de la realidad".
Igualmente, sostuvieron que existe "falta de planificación" en la conducta de Yllanes el día de los hechos, "enfatizando la no premeditación del consumo de alcohol para el desarrollo de los hechos posteriores".
Además, manifestaron que "la desorganización de las conductas posteriores al suceso sería consistente con un cuadro de reacción al estrés aguda".
Las dos peritos, que estudiaron a José Diego Yllanes en tres sesiones durante un total de CINCO horas, establecieron que el acusado padece un "trastorno de personalidad mixto con rasgos narcisistas, paranoides y obsesivos" y señalaron que tiene un "fuerte sentimiento de inseguridad, vulnerabilidad, asociada a un importante temor a la desaprobación social, que deriva en un comportamiento marcadamente defensivo en el que predominan el autocontrol y la represión de sentimientos hostiles".
Además, una de las especialistas aseguró que "la muerte de Nagore es una pérdida de aquello por lo que había luchado hasta ahora" el procesado y añadió que "parece que no hay un beneficio en estos hechos".

INFORMES PSIQUIÁTRICOS CONTRADICTORIOS:
LAS dos pruebas periciales psiquiátricas sobre el acusado, una encargada por la investigación y otra por la defensa, no lograron coincidir en si José Diego Yllanes sufre o no trastorno de personalidad y el grado de afección de la supuesta ingesta de bebidas alcohólicas durante la noche del 6 de julio de 2008. Los dos trabajos se expusieron ampliamente mañana y tarde.
El estudio del sumario Forenses del Instituto Navarro de Medicina Legal (INML) expusieron ayer su pericial psiquiátrica. Advirtieron que tuvieron que realizarla con una hora de conversación con él dos días después de los hechos. "Cuando fue citado una segunda ocasión, se negó a colaborar por recomendación de su abogado", indicaron.
Las peritos descartaron un trastorno de personalidad y que el alcohol hubiera sido detonante. Para explicar lo primero, le definieron como "perfeccionista, obsesivo por el orden, poco expresivo emocionalmente, rígido en cuanto a pautas de comportamiento". "Tenía terror a la desaprobación social", añadieron. El fiscal preguntó si era compatible con ser una persona agradable, simpática, encantadora, trabajadora... "como han dicho de él sus amigos y compañeros de trabajo". "Por supuesto", contestaron las peritos.
El fiscal volvió a preguntar si era "una persona normal". Y la respuesta de las peritos, que "tiene rasgos compulsivos que no llegan a ser un trastorno de la personalidad". "Por los rasgos de personalidad que tiene y con los datos de que disponemos, actuó como consecuencia de un estímulo muy fuerte, un estado pasional, que le suponía un ataque a sus rasgos de personalidad".
Una acusación preguntó si la reacción del acusado se pudo deber a que la víctima le dijera que pensaba denunciarlo. "Lo veo muy compatible", indicó una experta.
Respecto del alcohol, el acusado ha mantenido que había bebido mucho, que no recuerda ni lo ocurrido ni cómo llegó a matar a Nagore. Al no existir la prueba de la alcoholemia, las peritos analizaron las imágenes que captó una cámara de seguridad en el momento en que él y la víctima iban al piso andando. Y según esas imágenes, "no hay incoordinación motora, no se tambalea, no tiene dificultad en el andar, se le ve caminar perfectamente".

El informe de la defensa:
Buena parte de los esfuerzos de las dos psiquiatras contratadas por la familia de Yllanes se basaron en defender su independencia para disipar cualquier duda sobre la fiabilidad de su informe, realizado en 5 horas de estudio con el acusado, los testimonios recogidos en su familia y entorno y los incluidos en el sumario.
De su trabajo consideran que Yllanes tenía "un fuerte sentimiento de inseguridad y vulnerabilidad a la crítica social".
En su opinión es vulnerable al alcohol, "porque lo tomaba esporádicamente", y añadieron que el día de autos tenía "fatiga física, falta de sueño y tomó un antiestamínico". Los efectos del alcohol le produjeron delirium -alteración de conciencia, reducción de la capacidad de atención y alteración de las funciones cognoscitivas-.
Al comprobar que había matado a Nagore sufrió un "estrés agudo", que le llevó a intentar mutilarla y a deshacerse del cuerpo.
A preguntas del fiscal, que cuestionó en un tono duro el rigor del trabajo, las autoras del informe matizaron que ellas sólo hablan de posibilidades: "Creemos que existió intoxicación etílica, no sabemos en qué grado, y que existe la posibilidad del "delirium". Sólo posibilidad porque estamos hablando de datos de referencia débiles".
De lo que sí se mostraron convencidas es de que sufre trastorno de personalidad.
El abogado de la familia Laffage cuestionó que estuviera afectado por el alcohol. Entre otras cuestiones porque calculó cómo deshacerse del cuerpo, organizó todo en bolsas, sacó el coche de un garaje complicado y porque en los vídeos se le ve andar con normalidad.

El meollo de la cuestión en la quinta jornada del juicio por el crimen de la joven Nagore Laffage consistía en conocer los adentros de José Diego Yllanes, profundizar en su mente y en lo que se le pudo pasar por la cabeza el 7 de julio de 2008 para cometer un acto tan vil.
Por lo expuesto por las forenses, que tuvieron una entrevista con el acusado de algo más de una hora dos días después de los hechos y que no han podido acceder a practicarle ninguna otra prueba, José Diego Yllanes "es una persona con rasgos compulsivos u obsesivos que no ocasionan un trastorno de personalidad".
De la versión de lo ocurrido que ofrece el acusado, una de las forenses testificó: "Yo no le creí". Las peritos explicaron que este trastorno, "que no es una enfermedad", no lo padece el acusado porque a esos rasgos que presenta no une una "desadaptación de algún tipo, personal, laboral y afectiva". En cuanto a las peculiares características de la personalidad de Yllanes detallaron que "era perfeccionista, obsesivo con el orden, poco expresivo y rígido en los patrones de comportamiento. Si algo era así, para él tenía que ser así". Conforme a esta valoración, en la que añadieron que "tampoco presenta un cuadro psicótico", las forenses lanzaron su hipótesis: "Teniendo en cuenta sus rasgos, el acusado actuó conforme a un ataque de pasión a sus rasgos de personalidad. Lo que más cuadra con eso es un arrebato. Para él es muy importante su aprobación social, su consideración de chico diez que de él tenía todo el mundo, y puede ser que hubiera obrado por estímulos tan poderosos, por estados tan pasionales, que se activaron al ver atacado su honor". Insistieron en que a Yllanes "le preocupa la desaprobación social, el qué dirán. Para él tiene que ser tremendo que, por ejemplo, pudiera ser denunciado y eso le pudo obnubilar y hacerle perder la razón".

DESCARTAN LA INTOXICACIÓN ETÍLICA
En cuanto al grado de alcoholismo que podía afectar al acusado en el momento de los hechos, las peritos descartaron "la embriaguez patológica. No sufre una intolerancia al alcohol porque eso significaría que respondiera exageradamente a una pequeña porción de alcohol".
Por los vídeos ofrecidos por la Policía Foral sobre el acusado, antes de llegar a casa con Nagore y en la misma Clínica tras haber cometido el crimen, las peritos señalaron que "no presentaba una intoxicación plena por el alcohol. No tiene una incoordinación motora, el típico tambaleo de los borrachos. Su conducta no tiene como detonante el alcohol". Y por su deambular (no existen datos de una alcoholimetría), llegaron a afirmar que, según las tablas de cálculo del Instituto Nacional de Toxicología, Yllanes presentaría el equivalente a 0,45 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
Por último, también anularon la hipótesis de que el procesado sufriera un estado crepuscular o delirium por intoxicación de alcohol. "Presenta factores de atención. Se agarra a las amigas, agarra a Nagore, sabe hacia dónde va", explicaron.
Para finalizar, desvelaron que el discurso del acusado era "evasivo y piensa mucho lo que va a decir" y respecto a su idea de suicidarse tras lo cometido, dijeron que "no es una ideación estructurada. Se intenta suicidar de una manera peculiar: muriéndose de frío o tirándose una piedra".